La seguridad como prioridad

De la reglamentación pública e interna de las empresas al trabajo cotidiano: Forestal recorre el camino de la seguridad en las etapas de cosecha, extracción y carga; sus características particulares y los desafíos que presenta.
La implementación y aplicación de medidas de seguridad durante todas las etapas de la producción forestal son claves para la preservación de la salud de sus trabajadores y el desarrollo de la industria. Sin embargo, cabe puntualizar que hasta hace relativamente poco, las condiciones de trabajo dejaban mucho que desear. «Uno conversa con supervisores que trabajaban en el rubro hace 20 años y se da cuenta cómo ha cambiado todo. Antes faltaba regulación, y había condiciones inseguras y muchas veces precarias para los trabajadores», dice el técnico prevencionista Mauricio Fonrodona, y especifica que «se priorizaba la producción por encima de la seguridad. Según me han dicho, si una máquina tenía alguna falta pero la producción salía igual, no se adoptaba ninguna medida urgente».
Para diseñar el plan de trabajo, los técnicos prevencionistas toman información sobre los índices de accidentalidad para determinar dónde están las falencias y las oportunidades de mejora.
Hoy por hoy la situación es totalmente distinta, y un frente de trabajo puede ser clausurado si no se cumple con las condiciones de seguridad. Fonrodona señala: «Se contrata a técnicos prevencionistas, hay un mantenimiento mucho más riguroso de las máquinas, se invierte en equipos de seguridad personal, en señalización, en carteles y en viviendas adecuadas para los trabajadores». Fonrodona considera que actualmente «se viene trabajando muy bien. No solamente existe reglamentación que se debe respetar, sino que las propias empresas tienen además reglamentos internos».
Sobre la reglamentación a respetar a la que se refiere el técnico prevencionista, desde el punto de vista legal, las condiciones de trabajo del sector forestal en materia de seguridad (junto con las de higiene y salud) están reglamentadas por el decreto 372/999. Este se aplica a todo el proceso: producción de plantas, cultivo, manejo y cosecha, y abarca las actividades de la empresa titular de la explotación del bosque, pero también la de los contratistas, subcontratistas, operarios y trabajadores por cuenta propia.
Además, en 2004 fue aprobado el Código Nacional de Buenas Prácticas Forestales, en cuya elaboración participaron productores forestales, asociaciones de ingenieros agrónomos, gremiales, empresarios y diferentes reparticiones del gobierno.
EL COMPROMISO Y EL EXCESO DE CONFIANZA
Al interior de las organizaciones, Fonrodona destacó que «es importante que todas las del rubro lleguen a los estándares en que trabajan las empresas grandes». Estas, por lo general, aplican protocolos rigurosos e implementan sistemas que llegan probados y mejorados, y hasta certificados, de sus plantas, fábricas y emprendimientos productivos en otros lugares del mundo. A esto se suma que los sistemas de seguridad tienen un costo. En opinión de la arquitecta y técnica prevencionista en seguridad e higiene del trabajo Laura Bentos, quien tiene una vasta experiencia en prevención de riesgos en obras civiles en áreas industriales y de servicios, el quid del problema es encontrar el equilibrio para lograr implantar los sistemas de seguridad con un costo aceptable para las empresas, sobre todo en las que no tienen poderío económico.
Más allá de estándares e inversión, el compromiso de quienes tienen poder de decisión en las empresas es fundamental. Refiriéndose a la industria en general, no particularmente la forestal, Bentos destacó la importancia de que haya «interés e involucramiento por parte de gerentes y de mandos medios. La gerencia general tiene que ser la primera involucrada en querer hacer un cambio». A propósito de los mandos medios, Bentos señaló que «muchas veces se trata de personal con muchos años de experiencia que te dice: toda la vida lo hice así y no se murió nadie». Con esas personas se trabaja desde la sensibilización.
“Lo primero que debe tener un aprendiz es receptividad y conocimiento de las medidas de seguridad, cumplir con ellas, y si no lo hace no se lo habilita como cargador.” Erwin Ortigueira, instructor de aprendices.
Fonrodona comentó que esa «sensación de confianza» que tienen algunos trabajadores del sector forestal –sobre todo los de mayor antigüedad– se convierte en una dificultad que implica riesgos y en algunos casos accidentes. Es por eso que, al igual que Bentos, Fonrodona cree que es «fundamental» el involucramiento de los gerentes. Fonrodona aseguró que actualmente «eso ocurre» en el sector forestal.
EN LA CANCHA
Erwin Ortigueira tiene 42 años y trabaja desde hace más de 20 años como maquinista de carga y descarga de acopio. En el último año realizó una capacitación de seguridad en el trabajo y actualmente se desempeña como instructor de aprendices en la empresa Logifor.
«En un principio a algunos trabajadores de muchos años les costó acostumbrarse», dijo Ortigueira. Comentó que antiguamente se trabajaba priorizando la producción, pero «hace ya varios años que se puso la seguridad antes de la producción». «Antes el aprendiz se subía a la máquina y se le enseñaba a operarla. Ahora primero debe tener receptividad y conocimiento de las medidas de seguridad, cumplir con ellas, y si no lo hace no se lo habilita como cargador», puntualizó.
«Las causas de los accidentes se dividen entre las que tienen que ver con condiciones de trabajo y las que involucran el factor humano. Si uno analiza en detalle, generalmente está por encima la parte humana». Arq. Laura Bentos, técnica prevencionista.
La capacitación que brinda Ortigueira incluye todos los aspectos de seguridad vinculados a la tarea: «El aprendiz debe tener conocimiento de la máquina en cuanto al instrumento, su manejo y el movimiento. Debe tener claro cómo se realiza el procedimiento de subida y bajada a máquina –por ejemplo, se debe subir de frente a la máquina y bajar de espaldas, tomado de tres puntos–. Deben tener los extintores en buenas condiciones, asegurarse de que no estén descargados, revisar botiquines y pasar informes sobre posibles problemas». En la etapa de carga, «se trabaja mucho con el camionero», a quien se le exige el uso de todo el equipo de protección (que incluye zapatos especiales y casco). «Antes de poner el camión debajo de la carga, deben entrar con los fardos desatados. Hay que esperar que el camionero se baje para que la máquina se ponga en funcionamiento, y el camionero debe estar a 30 metros del camión en el momento de la descarga», afirmó Ortigueira.
Ortigueira sostiene que los resultados de los trabajos de concientización en seguridad ya han dado resultados: «Bajó el ausentismo, hay muchas auditorías y controles, y todo queda registrado».
PREVENIR PARA NO TENER QUE CURAR
Fonrodona, quien trabaja como consultor externo para las empresas forestales en seguridad, sostiene que es fundamental que todas las medidas de prevención estén planificadas desde la etapa de proyecto: «Eso evita encontrarse con sorpresas, como que una pila se encuentre cerca de una línea de alta tensión».
Para diseñar el plan de trabajo, los técnicos prevencionistas toman información sobre los índices de accidentalidad para determinar dónde están las falencias y las oportunidades de mejora.
Fonrodona dijo que en el monte y la playa de acopio, actualmente hay algunos accidentes menores al subir y bajar de máquinas, algunos incidentes en las tareas mecánicas que se realizan en talleres y en el movimiento de personal y madera. De todas maneras, aseguró que «no se trata de accidentes graves, que impliquen la incapacitación o la baja permanente», e informó que los que causan más ausentismo son incidentes vinculados a apretones, golpes o esguinces.
Sobre las causas por las que se producen estos accidentes, el experto dijo que «la mayoría de las veces es por descuido o por el uso inadecuado del equipo de protección personal». «Un trabajador que durante muchos años se desempeñó sin ningún incidente, de pronto no utiliza los guantes y recibe una herida», comentó a modo de ejemplo.
«Los equipos de protección son importantes, porque no evitan el accidente pero si las consecuencias», concluyó. Es que, según estima Fonrodona, el 80% de los accidentes que se producen son evitables, ya que tienen su origen en un error humano o en la no adopción de las medidas de seguridad por parte del trabajador.
«Las empresas priorizan la seguridad y buscan que su personal incorpore el hábito del trabajo seguro». Mauricio Fonrodona, técnico prevencionista experto en carga, transporte y caminería.
Fonrodona cree que entre las tareas más importantes que hay en materia de seguridad está la de concientizar: «Es un cambio de cultura ante lo nuevo. Estas empresas priorizan muchísimo la seguridad y buscan que la gente adopte el hábito del trabajo seguro».
En los casos en los que hay un accidente y se trata de una empresa grande, es importante presentar los reportes «para evitar la repetición, y también para concientizar», dijo Bentos. «Se le informa lo que ocurrió a un par, y se explica por qué también podría ocurrirle a ellos», explicó. Como parte de la sensibilización, se le plantea al trabajador la importancia de la familia que lo espera al final de la jornada, y que en muchos casos ese trabajo implica el único ingreso del núcleo familiar. «La idea es que lo vean desde ese punto de vista, y no solamente que reciban una clase teórica sobre riesgos y medidas preventivas», afirmó Bentos.
Otro elemento necesario que señala Fonrodona es la presencia de técnicos prevencionistas para garantizar la correcta adopción de medidas de seguridad. En lo que tiene que ver con el contralor, Fonrodona dijo que en el sector forestal «todos lo ejercen», ya que se controla desde el gobierno, pero también desde las empresas madres, que tienen sus propios reglamentos internos.
Bentos, por su parte –y en relación a la industria en general– afirmó que si bien hay muchas empresas nacionales que trabajan de manera correcta, las que cuentan con los mecanismos más aceitados son las grandes firmas que tienen matrices fuera del país. «Esas empresas vienen con una metodología de trabajo que aplican al instalarse en todos los países», afirmó la experta. A nivel de las empresas uruguayas, Bentos dijo que «están empezando a interesarse», en muchos casos a partir de la puesta en marcha de la ley de responsabilidad penal empresarial. Y concluyó: «En Uruguay aún está pendiente el cambio cultural de fondo con respecto a la seguridad».
LOS RIESGOS EN COSECHA
– Sufrir accidentes por golpes, caída de árboles y cortes
– Sufrir enfermedades como lumbagos o afecciones auditivas
– Esguinces por mal movimiento al utilizar las máquinas
– Exposición a situaciones climáticas adversas
– Riesgos por dirección y velocidad del viento en la etapa de volteo
– Pendientes pueden ocasionar caídas y resbalones
EN CANCHAS DE ACOPIO
– Los derivados de la operación de maquinaria
– Sufrir accidentes por manejo inadecuado de la carga pesada, o por mala ubicación de la carga durante el transporte en la cancha
– Derrame de aceites, combustibles o fluidos
– Accidentes en el ingreso o salida de la cancha
MEDIDAS DE SEGURIDAD* EN COSECHA
– Tener un sistema de comunicación apropiado, para uso frecuente y de emergencia
– Contar con vehículo de traslado de trabajadores en casos de emergencia
– Conocer las rutas o caminos de acceso más rápidos hacia el centro asistencial más cercano
– Se prohíbe el trabajo de menores de edad en tareas de cosecha y en manejo de agroquímicos
– Se debe utilizar la ropa y los equipos de protección adecuada: zapatos de seguridad con puntas de acero, casco de seguridad, guantes.
– No deben realizarse operaciones de cosecha cuando la velocidad del viento impida el control de caída del árbol
EN CANCHAS DE ACOPIO
– Delimitar áreas: de apilamiento de madera, de circulación de máquinas, de acceso a los trozos
– El personal debe acercarse a la máquina siempre a la vista del operador y solo colocarse frente a ella cuando el operador se lo indique
– No se debe transitar por lugares donde se esté apilando madera
– Evitar la carga manual
– Buen manejo de desechos para evitar incendios
– Contar con equipos para contener derrames de líquidos
* En base al decreto 372/999 y al Manual de Buenas Prácticas Forestales.
DESDE EL COSTADO TÉCNICO. Mauricio Fonrodona explica cómo su empresa de asesoramiento en prevención especializada en transporte, carga en playas de acopio y caminería se desenvuelve cuando es contratada. La empresa de Fonrodona prepara un plan de seguridad que contempla los estándares de la empresa contratante y establece un régimen de visitas y capacitaciones; estas últimas incluyen información sobre incendios, uso de equipos de protección personal y ergonomía del trabajo. Entre las tareas que realizan se encuentra la inspección de maquinaria, talleres, equipos de seguridad y viviendas en las que residen los trabajadores. Además, ofrecen charlas a los trabajadores para concientizarlos sobre la importancia de adoptar todas las medidas de seguridad que plantea la reglamentación vigente y las empresas.
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