Editorial: Con rumbo y responsabilidad

El sector forestal uruguayo ha demostrado ser un motor de desarrollo sostenible, innovación y empleo a lo largo y ancho del país. Al asumir esta nueva gestión al frente de la SPF, la agenda de la gremial es clara: asegurar un marco normativo estable, agilizar los procesos administrativos y avanzar en infraestructura estratégica. Porque consolidar un sector competitivo exige visión, trabajo conjunto y decisiones a largo plazo.
Por Ing. Lucía Basso, presidenta de la Sociedad de Productores Forestales del Uruguay
Iniciar este segundo período al frente de la Sociedad de Productores Forestales representa mucho más que una responsabilidad para mí, continúa siendo un gran desafío y sin dudas es una oportunidad para reafirmar mi compromiso con el desarrollo sostenible del sector forestal en Uruguay. El sector ha demostrado ser un motor clave para el país, no solo por su contribución económica, que en 2024 superó los 3.034 millones de dólares en exportaciones, representando más del 25% del total de bienes exportados del país, sino también por su impacto positivo en las comunidades locales. Actualmente, más de 30.000 empleos directos, indirectos e inducidos son generados por el sector, que también incluye a más de 1.800 pymes distribuidas en diversas regiones. Desde la experiencia en Arévalo, Cerro Largo, que descubriremos en esta edición, hasta muchas otras localidades, la forestación ha generado empleo, mejorado la calidad de vida y promovido el desarrollo económico y social.
A nivel ambiental, el sector forestal también ha demostrado su compromiso con la sostenibilidad. Con solo el 6,6% del territorio del país destinado a la forestación, Uruguay ha logrado posicionarse como un referente en captura de carbono y conservación de biodiversidad gracias a prácticas de manejo responsable y cumplimiento voluntario de certificaciones internacionales. El Operativo de Protección Anti-Incendios Forestales (O-PAIF) es una clara muestra de esta responsabilidad, protegiendo 945.000 hectáreas de bosque y detectando 3.687 humos este verano, a través de brigadas helitransportadas y tecnología avanzada de monitoreo.
Con solo el 6,6% del territorio del país destinado a la forestación, Uruguay ha logrado posicionarse como un referente en captura de carbono y conservación de biodiversidad gracias a prácticas de manejo responsable y cumplimiento voluntario de certificaciones internacionales.
Sin embargo, somos conscientes de que el crecimiento no es automático. Requiere planificación, inversión y visión estratégica. En este sentido, desde la SPF hemos identificado desafíos claves que orientarán nuestra gestión. El primero es garantizar un marco normativo claro y estable. La certeza jurídica y regulatoria es fundamental para un sector donde las inversiones tienen horizontes de 10 a 20 años. Normas claras y consistentes, basadas en criterios técnicos, son indispensables para atraer nuevas inversiones y proteger el progreso alcanzado.
Otro desafío es la agilización de procesos y trámites administrativos. Reconocemos la importancia de los controles regulatorios, pero estos deben ser eficientes para no convertirse en barreras que frenen el desarrollo. Promoveremos gestiones más ágiles y digitales para beneficiar tanto a las empresas del sector como a la economía nacional. Finalmente, impulsaremos mejoras en infraestructura, incluyendo el uso de tritrenes a nivel nacional, lo que optimizará la logística y reducirá los costos de transporte en un 15%.
El sector forestal no solo es una fuente de empleo y desarrollo económico, sino también un modelo de innovación y sostenibilidad. En un mundo que demanda cada vez más soluciones ambientales, Uruguay se destaca por sus productos forestales. La celulosa, derivada de fuentes renovables como la madera, ha dejado de ser solo un insumo para papel y cartón, transformándose en una materia prima estratégica para sectores como la energía, la electrónica, la medicina y los textiles. Por otra parte, venimos creciendo en forma sostenida en lo que es la industria de la transformación de la madera. Además de las industrias ya instaladas (plywood, madera aserrada, CLT), hay otras plantas más tanto de madera aserrada como de plywood en fase de construcción. También es importante destacar el impulso que se está dando en el sector de construcción en madera.
Todo esto bajo prácticas de manejo responsable y certificación internacional que, al aprovechar que las plantaciones forestales capturan millones de toneladas de dióxido de carbono, permiten generar créditos de carbono reconocidos y comercializados internacionalmente, fortaleciendo la sostenibilidad económica y ambiental del país.
Además, la biomasa forestal se ha con vertido en una fuente renovable de energía que impulsa la transición hacia un modelo energético más limpio. Los residuos de las plantaciones y procesos industriales se utilizan para generar energía térmica y eléctrica, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles. Esta biomasa no solo contribuye a la eficiencia energética del sector, sino que también reduce la huella de carbono y fortalece la seguridad energética nacional. Así, el sector forestal uruguayo se proyecta como un modelo de sostenibilidad e innovación, integrando economía, medio ambiente y desarrollo social.
En esta nueva etapa, nuestro compromiso es claro: continuar consolidando un sector forestal fuerte, sostenible y competitivo para el Uruguay del futuro.