Mitos, verdades, y el desafío de comunicar mejor

Por Ing. Lucía Basso, presidenta de la Sociedad de Productores Forestales del Uruguay
“La forestación ocupa las mejores tierras agrícolas”. “La forestación no genera empleo de calidad”. “La forestación daña el suelo, el agua y la biodiversidad”. Estas son solo algunas de las frases que suelen escucharse cuando se habla del sector forestal en Uru guay. Desde hace tiempo, quienes formamos parte de esta actividad hemos identificado un gran desafío por delante: el de enfrentar los mitos que rodean al sector. En un contexto donde la desinformación circula más rápido que los datos verificados, este se convierte para nosotros en un tema prioritario.
En ese marco, quiero aprovechar este editorial para reflexionar sobre esas creencias que, muchas veces sin un origen claro ni respaldo técnico ni cien tífico, logran instalarse y persistir en el imaginario colectivo.
Desde la entrada en vigor de la Ley Forestal en 1987, Uruguay ha logrado transformar tierras de bajo rendimiento agrícola en ecosistemas productivos que no solo generan empleo y riqueza, sino que también diversifican la producción, capturan carbono, protegen la biodiversidad y dinamizan el interior del país.
Sin embargo, persisten percepciones erróneas. Se afirma, por ejemplo, que la forestación compite con la agricultura por las mejores tierras, cuando en realidad las especies forestales prosperan justamente en suelos de baja aptitud agrícola. También se sostiene que la actividad carece de control, cuando en verdad está sometida a estrictos mecanismos de fiscalización a nivel nacional y departamental, y el 90% de las plantaciones están certificadas por estándares internacionales de manejo sostenible, como FSC y PEFC, siendo el sector más regulado de toda la actividad agropecuaria.
Propongo abrir un espacio para el debate informado. En esta edición de la revista buscamos desmontar mitos y visibilizar las verdades que definen al sector forestal uruguayo.
Los mitos alcanzan también el plano ambiental. ¿La forestación contamina el agua o daña el suelo? Estudios realizados por la Universidad de la República y el INIA demuestran lo contrario: los suelos forestados aumentan su contenido de materia orgánica y la estructura del suelo y no deterioran la calidad hídrica ni reducen los caudales. Muchas plantaciones, además, conviven con la producción apícola, ganadera, y existen corredores biológicos que fomentan la biodiversidad.
Y cuando se sostiene que el sector no genera empleo de calidad, los datos contradicen esa afirmación: más de 30.000 puestos de trabajo, en su mayoría estables y ubicados en el interior del país, con salarios por encima del promedio rural, baja siniestralidad laboral y creciente participación femenina en distintas etapas de la cadena.
Con estas líneas, propongo abrir un espacio para el debate informado. En esta edición de la revista buscamos desmontar mitos y visibilizar las verdades que definen al sector forestal uruguayo. Desde la idea de que degrada los suelos hasta la creencia de que no convive con otras actividades productivas, los contenidos que presentamos se basan en evidencia técnica y científica y voces especializadas, con una mirada integral que combina datos actualizados, investigaciones académicas y experiencias de empresas comprometidas con altos estándares de sostenibilidad.
A través de artículos sobre el uso del suelo, el marco regulatorio, la aplicación de inteligencia artificial, los corredores logísticos y el impacto socioeconómico de la cadena forestal-maderera, esta edición apunta a con tribuir a una conversación más informada y equilibrada sobre el papel de la forestación en Uruguay. Porque para construir un desarrollo verdaderamente sostenible es fundamental separar percepción de realidad.