Mientras Uruguay enfrenta el desafío histórico de la concentración poblacional en Montevideo, el sector forestal traza un camino inverso: genera trabajo de calidad en el interior y permite que las personas construyan sus proyectos sin abandonar sus lugares de origen. Detrás de las cifras de exportación y los datos de empleo, hay personas cuyas vidas se transformaron gracias a la forestación, como un operario que pasó de controlar hormigas a manejar una harvester o una cocinera que convirtió hongos silvestres en un producto estrella. Estas son sus historias.