Campoflor
  • Jueves 15 de mayo de 2025

Contra todo pronóstico

Por Jimena Paseyro

En diciembre de 2013 las temperaturas promedio en el país superaban los 36°, la humedad relativa se acercaba al 30% y prácticamente no se preveían precipitaciones. Los grupos de empresas forestales organizados en el Norte, Este y Litoral se preparaban para combatir innumerables incendios y desplegar todos sus recursos. Sin embargo, contra todo pronóstico, las abundantes lluvias que llegaron en enero y la conducta humana lograron revertir las alarmantes previsiones, al punto de no registrarse instancias de combate al fuego en predios de plantación forestal.

Sin duda, un balance más que positivo para una temporada que mantuvo al sector en vilo durante varias semanas. «La lluvia es la que manda. Y la ayuda de los vecinos es vital», afirmó a Forestal el coordinador del Grupo Paif, Martín Sosa Díaz. Sus palabras sintetizan en gran medida los motivos por los cuales una temporada de incendios que se preveía como crítica llegó a la primera semana de marzo sin registro de salidas para combatir fuego en plantaciones forestales.

En este sentido, los tres grupos de empresas del sector –Grupo Paif, Consorcio del Norte y Consorcio del Litoral– coinciden en el balance positivo y en los motivos que incidieron a la hora de no registrar pérdidas patrimoniales en terrenos forestados.

El coordinador del Grupo Forestal del Litoral, Paulo Araújo, explicó a Forestal que entre diciembre y marzo «los riesgos principalmente son las quemas que se realizan, cualquiera sea su fin». Y recuerda lo establecido en el Decreto 436/07, que prohíbe la realización de cualquiertipo de quema en todo el territorio nacional, desde el 1° de diciembre de cada año hasta el 30 de abril del siguiente.

Durante las últimas semanas del año 2013 la clave estuvo en el comportamiento responsable de los vecinos de zonas rurales, y en la manifiesta conciencia del riesgo de realizar quemas con temperaturas superiores a los 36° en algunas zonas.

En este sentido, Sosa Díaz sostiene que un factor muy importante en la prevención de incendios fueron las campañas radiales que hicieron antes y durante la temporada. «La gente no prendió fuego porque sabían que el riesgo era muy alto, pero también porque hicimos avisos explicando que está penado por ley prender fuego en determinadas fechas. Sin duda, para nosotros la radio es la forma más eficiente para concientizar y prevenir. Hubo un gran grado de conciencia de la gente que ayudó, si no seguro tendríamos que haber salido muchas más veces y tuvimos una sola salida en los días de máxima alerta». A esto se suma la campaña radial de prevención que concretó la SPF durante todo el período de incendios.

El coordinador del Consorcio del Norte, Miguel Olmos, coincide en la importancia de la prevención y sobre todo en la educación de las personas que viven en el medio rural. «Prevenimos los incendios realizando propaganda sobre la vigencia del decreto 436/007 y la prohibición de realizar quemas o fuegos. Ponemos en conocimiento de la población los números a los que deben llamar en caso de incendio […] Estamos convencidos de que el camino para evitar los incendios es la educación, por eso trabajamos durante todo el año en ese sentido, hablando desde en jardines maternales hasta en facultades. Uno de nuestros lemas es ‘mejor prevenir que apagar’».

Tras la primera semana de enero la situación crítica se revirtió, las elevadas temperaturas disminuyeron y luego la lluvia no dio tregua hasta los primeros días de febrero, provocando inundaciones en varias zonas del país. Para los forestales las semanas de máxima alerta parecieron quedar atrás.

DESPUÉS DE LA LLUVIA, ¿AUMENTA EL RIESGO DE INCENDIO?

El jefe del Departamento Forestal de la Dirección Nacional de Bomberos, Carlos Pereira, dijoa Forestal que «es verdad que luego de la lluvia el riesgo de incendio es mayor porque el combustible fino abunda». Pero destacó que «esto es un problema solo si hay altas temperaturas porque el pasto se seca rápido». El jefe del Departamento Forestal de Bomberos recordó que «los incendios forestales nunca empiezan afectando combustible grueso, siempre empiezan por combustible fino».

Olmos afirmó que «las precipitaciones nos obligaron a dirigir la atención en bajar la cantidad de pasto que se generó en los cortafuegos, caminos y bajos de los predios, no dando abasto con la carga animal que hay en los predios forestales». Alertó que este factor puede ser muy peligroso para el próximo invierno, ya que la mayoría de los ganaderos de esta zona, luego de las primeras heladas, «comienzan a quemar con la finalidad de que crezca verde en la primavera».

Para los forestales, un incendio forestal es todo fuego fuera de control que afecta combustible vegetal vivo o muerto dentro de predios propiedad de las empresas integrantes del grupo y vecinos.

Araújo, por su parte, indicó que durante el período de lluvias el índice de riesgo de incendios «fue prácticamente nulo». Lo que sí hay que tener en cuenta es que debido a esto, hay un crecimiento importante del tapiz vegetal, que si no es correctamente manejado puede generar una alta cantidad de material combustible. Se deben tener en cuenta determinadas medidas de prevención, como ser: un correcto manejo del pastoreo, mantenimiento de cortafuegos y control de malezas, entre otras medidas».

MEJORA CONTINUA

Para la temporada 2013 – 2014, los grupos de empresas forestales introdujeron mejoras tanto para prevenir como para combatir al fuego. El Grupo Forestal del Litoral realizó una campaña de prevención radial con diferentes spots, haciendo hincapié en la prohibición de las quemas. En cuanto a la detección, contrató los servicios de un avión, que complementó el trabajo realizado por las ocho torres de detección. Este sistema mixto permitió ganar en eficiencia y eficacia, al reducir los tiempos de chequeo de columnas de humo producto de una combustión, ya que antiguamente cuando una torre detectaba una columna de humo se debía mandar al lugar un recurso de alguna de las empresas para que verificara la situación. En este caso el avión realiza las dos funciones, detecta y verifica al mismo tiempo, detalló su coordinador.

El Grupo Paif también introdujo cambios en lo que respecta a la detección de incendios. «El  año pasado teníamos 23 torres de detección y una avioneta. Esta temporada sustituimos las torres de detección y pasamos a tener tres avionetas. Además contamos con una base de operaciones que está en Maldonado, un helicóptero con capacidad para 10 brigadistas y con posibilidad de hacer descarga de agua. La brigada del helicóptero es personal de Bomberos contratado por el Grupo Paif», afirmó Sosa Díaz.

«Estamos convencidos que el camino para evitar los incendios es la educación. Uno de nuestros lemas es ‘mejor prevenir que apagar’». Miguel Olmos.

Consorcio del Norte profundizó su labor de prevención mediante la publicidad en radios, charlas a la comunidad, capacitación a empresas, ejército e intendencias, además de la realización de simulacros. A su vez, para la localidad de Tranqueras la Dirección Nacional de Bomberos envió nuevos vehículos, además de seis bomberos zafrales para la temporada.

CUESTIÓN DE DEFINICIÓN

Según la FAO (Food and Agriculture Organization of the United Nations), un incendio forestal es «cualquier incendio de vegetación no programado y/o incontrolado. Incluye los incendios de vegetación que son prendidos como acción de manejo pero sobrepasan las restricciones establecidas en el plan de fuego y por tanto requieren medidas de extinción. Excluye los incendios de vegetación no programados que están en conformidad con los objetivos de manejo». Definición establecida en el documento «Evaluación de los recursos forestales mundiales 2010. Términos y definiciones. Roma, 2010».

La Dirección Nacional de Bomberos se basa en dicha definición a la hora de registrar y planificar el combate de incendios. De ahí la discrepancia entre dicha institución y las empresas del sector forestal a la hora de hablar de cantidad de incendios y de protocolos de combate.

Pereira señaló que «cuando hablamos de incendio forestal las personas creen que se están quemando bosques, pero la definición de la FAO –y es la que nosotros aceptamos– indica que es cuando se quema combustible vegetal fuera de una zona urbana». Enumeró las principales causas de incendios. «La principal causa de incendios forestales se da en zonas suburbanas cuando los vecinos queman basurales por las ratas o moscas. El segundo problema que tenemos son los bosques costeros, y se dan generalmente cuando los vecinos hacen limpieza de jardines. Y en tercer lugar están los incendios forestales en predios forestales».

El jefe del Departamento Forestal indicó que estos últimos son los que tienen menor cantidad de registros debido a que «las empresas invierten en prevención y seguridad». «Hay un manejo del bosque vinculado a la silvicultura preventiva muy importante. Hace 10 años había más asesoramiento de nuestra parte a las empresas, pero eso se fue perdiendo porque fueron adquiriendo los conocimientos», aseguró.

A diferencia del concepto que maneja Bomberos, para las empresas forestales integrantes de los diferentes grupos, el incendio forestal es todo fuego fuera de control que afecta combustible vegetal vivo o muerto dentro de predios propiedad de las empresas integrantes del grupo y vecinos. En este sentido, Sosa Díaz afirmó: «Nos afecta terriblemente manejar definiciones diferentes porque, por ejemplo, si una empresa de seguros extranjera chequea la cantidad de incendios forestales registrados por Bomberos piensa que hay muchos más de los que realmente se dan en predios forestales».

UNIDOS PARA EVITAR EL FUEGO. Las empresas forestales que actualmente trabajan en conjunto para prevenir y combatir el fuego conforman tres grupos que operan en diferentes zonas del país: Grupo Forestal del Litoral, Grupo Paif y Consorcio del Norte. El primero está integrado por Cambium, Montes del Plata, Mifensur, UPM-Forestal Oriental, Forestal Caja Bancaria, Rivermol y GMO/ Agroempresa. Por su parte, Grupo Paif está integrado por 19 empresas y opera en los departamentos de Cerro Largo, Treinta y Tres, Lavalleja, Rocha, Florida, Maldonado, Tacuarembó y Durazno. El Consorcio del Norte trabaja en los departamentos de Rivera y Tacuarembó, y lo integran Weyerhaeuser, Cofusa, Cambium, UPM Forestal Oriental, Andreas Van Vabel, Agroempresa Forestal, Montes del Plata y Rio Biabo.

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martes 01 de abril de 2014