• Lunes 19 de mayo de 2025

Bosques: más allá de la madera

Por Atilio Ligrone, gte. gral. de la SPF

Es conocida por todos la contribución que el sector forestal hace al desarrollo socioeconómico del país. No tan fácil de apreciar son otras contribuciones de los bosques, las que se conocen como servicios ambientales.

La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de marzo como el Día Internacional de los Bosques. Año a año lo celebra difundiendo las distintas formas en que todos los tipos de bosque aportan a la vida en el planeta. Este año se dedicó a destacar el rol fundamental de los bosques en el abastecimiento de agua dulce y en la preservación de la calidad de esta última, señalando una lista de razones que lo avalan.

Además de los que están directamente relacionados con el agua dulce, un servicio ambiental que cumplen todos los bosques y que resulta vital es la contribución a la regulación del cambio climático a través de la remoción de dióxido de carbono (uno de los principales gases causantes del efecto invernadero) de la atmósfera.

El clima ha venido cambiando aceleradamente en los últimos años como consecuencia de actividades humanas, lo que ya es aceptado a nivel internacional y en particular en cada uno de los países que han tomado conciencia del problema y han colocado con alta prioridad en sus agendas la necesidad de implementar políticas e instrumentos dirigidos a la mitigación de sus efectos y a la adaptación al nuevo escenario. El uso de combustibles fósiles, la deforestación y la ganadería y la agricultura son las principales actividades responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero.

A diferencia de la mayoría de los países del mundo, Uruguay no tiene sus principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero en el uso de combustibles fósiles, ni mucho menos en la deforestación, sino en la producción ganadera.

Los cambios operados en la matriz energética nacional han permitido reducir emisiones, y la Política Forestal llevada adelante en las últimas tres décadas logró incrementar la superficie boscosa, tanto a través de las nuevas plantaciones como de la recuperación de la superficie del bosque nativo, y ha logrado compensar una parte importante de las emisiones generadas. Es claro que deberemos seguir produciendo alimentos, pero será necesario alcanzar esa producción con balances de emisiones equilibrados. Además de los cambios tecnológicos que se puedan incorporar a los procesos productivos con el fin de reducir las emisiones, una acción complementaria altamente beneficiosa para el país es aumentar la superficie de plantaciones forestales para conseguir mayores remociones de CO2.

La incorporación de la forestación en predios ganaderos no solo reportará los beneficios directos de producción de madera y abrigo y sombra para el ganado, sino que también contribuirá a mejorar el balance de emisiones del sistema productivo y por ende el balance nacional. Esta es una razón más para expandir la cobertura forestal del país y así beneficiarnos de los servicios productivos y ambientales que brinda todo tipo de bosque. Distintas autoridades nacionales han destacado el rol de la actividad forestal de cara al cambio climático, y que constituye un factor importante para el cumplimiento de los compromisos a plantear en el marco de la Convención de Cambio Climático. Sin embargo, para sostener un plan de plantaciones forestales a mediano y largo plazo será necesario alinear las políticas y los instrumentos, tanto a nivel nacional como departamental.

Descargar versión PDF
miércoles 01 de junio de 2016