• Lunes 17 de marzo de 2025

Así se gestó la nueva planta de debobinado en Treinta y Tres

Una nueva planta de debobinado de madera opera desde hace unas semanas en Treinta y Tres. Con una inversión de siete millones de dólares y una capacidad de producción de 40.000 m3 de láminas de madera por año, Agroempresa Forestal incursiona en el sector industrial.

Por Alejandra Pintos

Es una realidad: la industria forestal se per fila como el sector con mayores exportaciones de 2024. El rubro ya representa alrededor del 6% del Producto Bruto Interno del país y este año superaría el 20% del total de exportaciones. Esta cifra tiene que ver, en parte, con que se proyecta que UPM 2 alcance su capacidad total de producción, pasando de 2.7 millones a 4.8 millones de toneladas de celulosa. Sin embargo, no son únicamente las plantas de celulosa las que empujan el desarrollo del sector. En los últimos años una serie de proyectos industriales han colaborado con el crecimiento de la actividad forestal apostando a la madera. El más reciente es el caso de Agroempresa Forestal (AF), que inauguró a fines de marzo una nueva planta industrial de debobinado en Treinta y Tres.

“El sector forestal viene creciendo día a día en Uruguay. Si bien el gran impulsor fue la industria más vinculada a la celulosa, hay empresas que han apostado a la comercialización de la madera de calidad”, reflexiona el gerente de AF en Uruguay, Dan Guapurá.

La compañía lo tiene claro: invirtió más de siete millones de dólares en la creación de una planta de debobinado de madera bajo el nombre Olimar Forest Products. Con una capacidad de producción de 40.000 metros cúbicos (m3) de láminas por año, se prevé que las exportaciones alcancen los 14 millones de dólares.

“Viendo cómo hemos evolucionado en cuanto al volumen de patrimonio administrado y la edad que tienen los bosques, nos parecía ya que era un buen momento para incursionar en contar con una planta industrial”, agregó.

Foto: Presidencia

Con la generación de 45 empleos directos y cerca de 100 empleos indirectos, el proyecto representa un hito en la cadena de producción forestal de la compañía, que administra 80.000 hectáreas efectivas de bosque en Uruguay y unas 130.000 hectáreas totales al incluir sus operaciones en Chile y Brasil. Si bien AF tiene presencia en estos otros países de la región, la planta de Treinta y Tres es la primera experiencia industrial de la empresa.

Previamente se dedicaban a la administración y gestión integral de campos forestales “desde la plantación del árbol hasta su venta final a la industria”, incluyendo servicios “en todas las etapas de crecimiento del bosque, así como la creación y gestión de fondos, y la administración de activos forestales y agrícolas”. La compañía abastece con más de un millón de metros cúbicos de madera al año a plantas de celulosa, aserraderos locales y clientes en el exterior.

HITO FORESTAL

La génesis del proyecto industrial se dio en 2020, cuando AF hizo un estudio de factibilidad para evaluar las perspectivas de la planta. Una vez aprobada la inversión por parte del fondo comenzaron las etapas de diseño, evaluación de propuestas, estudio ambiental y aprobación de un comodato de la Intendencia de Treinta y Tres.

De acuerdo con Guapurá, el hecho de que gran parte del proceso se haya hecho en pandemia, cuan do no se podía viajar, fue un “desafío importante”. La evaluación de equipos se hizo de forma remota, contratando a especialistas en el origen. “A uno, como responsable de dirigir el proyecto, le interesa ir, ver los equipos, consultar a los técnicos, hablar con los proveedores, poder visitar otras plantas que tienen equipos similares para conocer la experiencia de colegas, y esto no se pudo hacer”.

A pesar de los contratiempos y tras dos años de construcción, Olimar Forest Products fue inaugurada el pasado 21 de marzo con presencia de autoridades nacionales, entre ellas el presidente Luis Lacalle Pou; el ministro interino de Industria, Energía y Minería, Walter Verri; el titular de Ambiente, Robert Bouvier, y el director general forestal del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Carlos Faroppa. Además, asistieron el intendente de Treinta y Tres, Mario Silvera, y el director de Agroempresa Forestal, Francisco Bonino. Además, participaron otras autorida des locales, nacionales y del ámbito privado.

Guapurá explicó que para su empresa la planta de debobinado tiene varias ventajas. La más evidente es que desde el punto de vista logístico se reducen los costos en un 50%, ya que permite llevar más madera por flete al Puerto de Montevideo.

INDUSTRIA QUE ECHA RAÍCES

El presidente Lacalle Pou destacó en su discurso “la visión” de los autores de la Ley Forestal. “La certidumbre se expresa a través de un pacto social que es político y ciudadano. Por eso hoy podemos hablar en 2024 de un proceso que empezó en 1987”.

La apuesta de AF no es un caso aislado. Tal como resaltó Lacalle Pou en la inauguración de la planta, junto con esta obra el trayecto de la Ruta 8 se verá beneficiado, por lo menos, con tres emprendimientos que usan la madera como materia prima (ver recuadro). “Estamos ante un proceso importante”, afirmó.

SEMILLA DE CRECIMIENTO

La inversión de siete millones de dólares es una cifra alta, pero si se la contrasta con los 400 millones que integran el fondo se trata de un monto conservador. De todas formas, AF ve con optimismo esta primera experiencia en el sector industrial y, según su gerente en Uruguay, no descartan ampliar la capacidad de producción en el futuro si es que así lo requiere el mercado. También consideran la posibilidad de seguir “integrándose verticalmente e incorporar alguna etapa más en el proceso de producción”.

Guapurá explicó que para su empresa la planta de debobinado tiene varias ventajas. La más evidente es que desde el punto de vista logístico permite reducir los costos al permitir llevar más madera al Puerto de Montevideo. “Si transportamos trozas podemos llevar unos 30 m3 en un camión hasta Montevideo. En cambio, si nosotros procesamos la madera podemos llevar 45 m3, por lo tanto, estamos transportando un50% más de volumen de madera utilizando el mismo flete. Eso permite bajar los costos logísticos por metro cúbico”, ejemplificó.

Pero tal vez lo más importante es el beneficio comercial que conlleva. La planta habilita a AF a “caracterizar la madera” y así poder posicionarse con otra solidez frente a los clientes a la hora de comercializar los productos. “La planta nos permite invitar a un cliente y llevarlo a un bosque de los nuestros y decirle: ‘seleccioná cien árboles’. Luego cosechar esos árboles, llevarlos a la planta industrial, procesar esa madera y mostrarle qué porcentaje de esa madera está libre de nudos, qué porcentaje de madera va con nudo y cuáles son las diferentes categorías de productos que va a poder obtener”, explicó Guapurá a Forestal.

AF vende maderas a más de 40 clientes asiáticos ubicados en Vietnam, China, Corea del Sur, Japón, Malasia, Filipinas, Indonesia e India, entre otros a quienes buscan entregar un producto personalizado y acorde a sus necesidades. Para conquistar nuevos mercados y fortalecer las relaciones existentes es que se creó la planta.

“Cuando uno no tiene una planta industrial depende de los vaivenes del mercado. En cambio, cuando uno sí tiene una planta industrial, parte del volumen que cosecha lo destina a la industria. Eso te permite, también, dar estabilidad a tus contratistas, ya sea de transporte, de cosecha, de silvicultura, entonces hace mucho al vínculo con los contratistas que tenés o querés desarrollar”. El camino industrial de la empresa recién comienza.

SE MUEVE LA INDUSTRIA
Ya lo había dicho la presidenta de la Sociedad de Productores Forestales, Lucía Basso, en octubre durante el Desayuno Forestal: “El sector de la madera sólida está en pleno crecimiento”. En estos últimos tres años “ha generado inversiones por casi 300 millones de dólares con al menos seis grandes proyectos”. Una parte de ellos ya está en funcionamiento y otra en vías de consolidarse. La nueva planta de debobinado de Agroempresa Forestal en Treinta y Tres es uno de estos proyectos. El aserradero Kluntex Lumber, inaugurado en febrero en Rivera, es otro. Este último requirió una inversión de ocho millones de dólares y su producción alcanzará los 7.000 metros cúbicos mensuales de madera de pino. Asimismo, está la nueva planta industrial de Lumin en Cerro Largo que producirá paneles contrachapados. La inversión se calcula en 138 millones de dólares y comenzaría a operar en 2026. Otro proyecto vinculado a la madera sólida es el de la empresa española Garnica en Treinta y Tres. Anunciado en abril del año pasado, se contempla la instalación de una fábrica de tableros contrachapados con una inversión cercana a los 55 millones de dólares..

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martes 14 de mayo de 2024