La nueva apuesta forestal del norte
Con una inversión de 100 millones de dólares, Cofusa-Urufor construye un nuevo aserradero en Rivera que procesará madera de pino con tecnología de última generación. La planta, que comenzaría a operar en julio de 2026, contribuye a consolidar al norte del país como un polo de desarrollo industrial vinculado a la madera sólida.
A fines de los años ochenta, cuando la forestación aún no tenía el peso que hoy posee en Uruguay, una familia decidió apostar por el futuro verde. Así nació Cofusa, dedicada a las plantaciones de Eucalyptus grandis, y poco después Urufor, su brazo industrial. “Comenzamos en el sector forestal en 1989, pensando que las plantaciones tendrían como destino la celulosa, pero pronto aprendimos del mercado del eucalipto sólido”, recuerda el director del grupo empresarial Cofusa – Urufor, Javier Otegui.
Ese aprendizaje comenzó en 1991, cuando instalaron un pequeño aserradero en el norte del país. Aquel primer paso les permitió descubrir una nueva veta: no bastaba con plantar, había que manejar el bosque para obtener madera de calidad. Con los años, la experiencia se transformó en conocimiento técnico y modelo productivo. En 2009, Urufor inauguró un aserradero industrial capaz de procesar 400.000 metros cúbicos de madera rolliza por año, dedicado al eucalipto podado. Hoy, el 95% de esa producción se exporta a más de treinta países, desde los grandes mercados de Europa y Estados Unidos hasta destinos en Asia y Oceanía.
UNA NUEVA PLANTA PARA PROCESAR PINO
Después de consolidar el negocio del eucalipto, el grupo dio un nuevo paso y realizó la compra de extensas plantaciones de pino que habían sido desarrolladas por fondos de inversión. Esos bosques abrieron la puerta a una segunda industria que hoy está a meses de ver la luz.

“Decidimos instalar un nuevo aserradero para procesar pino, fundamentalmente las trozas podadas”, cuenta Otegui. “Las partes no podadas, de la parte superior del árbol, se venderán a terceros, pero nuestra planta estará enfocada en madera de alta calidad”.
El nuevo aserradero se levanta en el mismo predio industrial que la empresa ya tiene en Rivera, a unos 200 metros del aserradero actual de eucalipto; el área cubierta supera los 20.000 metros cuadrados. Las obras civiles avanzan a buen ritmo y ya comenzó el montaje de la maquinaria. Se trata de una inversión de 100 millones de dólares y se proyecta que la producción comience en julio de 2026.
La planta tendrá una capacidad de procesamiento de 200.000 metros cúbicos al año. El proyecto generará alrededor de 90 empleos directos en la planta industrial y otros 300 en la cadena asociada (forestación, transporte y logística).
ENERGÍA, TECNOLOGÍA Y DESARROLLO LOCAL
El nuevo proyecto sigue la misma línea del actual aserradero también en cuanto a su enfoque sustentable. Urufor cuenta con una planta de cogeneración eléctrica que utiliza el aserrín ‒uno de los subproductos del proceso‒ como fuente de energía. Ese sistema genera vapor a alta presión que, a su vez, mueve una turbina y produce electricidad para el propio complejo industrial.
“La planta de pino se conectará al mismo sistema de vapor, aunque incorporamos una caldera de respaldo”, explica Otegui. Esa integración no solo reduce costos, sino que garantiza un uso eficiente de todos los recursos.
En los galpones, la escena ya no es la de alguien que corta a ojo o empuja troncos con esfuerzo físico. Las máquinas leen, miden y deciden. “Cada trabajador debe estar familiarizado con la tecnología. Detrás de estas inversiones hay demanda de ingenieros, técnicos, programadores; gente que entienda de software industrial”.
El nuevo aserradero contará con tecnología alemana y austríaca de última generación. Serán usadas sierras dobles, escáneres y software que calculan en tiempo real el mejor corte para cada tronco, maximizando el aprovechamiento de la madera.
La apuesta, entonces, no es solo productiva sino formativa. La presencia de esta industria impulsa la capacitación local, genera empleo calificado y diversifica la economía de Rivera, históricamente marcada por el comercio de frontera.
UN SECTOR EN EXPANSIÓN Y UN DESAFÍO PENDIENTE
El mapa forestal uruguayo continúa evolucionando y el negocio de la madera sólida agrega valor industrial a la materia prima. Además de Cofusa-Urufor, en los últimos años otros grupos empresariales vienen apostando fuerte en este subsector con inversiones industriales en Melo, Rivera y Treinta y Tres (ver recuadro).
Sin embargo, según Otegui, el dinamismo del sector enfrenta un obstáculo conocido: la burocracia. “Tenemos que ser más ágiles”, advierte, “los trámites para forestar o instalar una industria demoran demasiado. Hay empresas listas para invertir y generar trabajo, pero los permisos se traban. El mundo va más rápido que nosotros”.
La reflexión de Otegui sintetiza el momento del sector: expansión industrial, diversificación productiva y generación de empleo calificado en el interior, pero con procesos administrativos desde el Estado que suelen convertirse en el principal cuello de botella.
El aserradero de pino de Cofusa – Urufor es apenas un ejemplo de una tendencia más amplia en la que confluyen capitales dispuestos a invertir, tecnología de punta y un norte uruguayo que busca consolidarse como polo de desarrollo forestal.
RECONVERSIÓN A PASTURA: DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA
En los últimos años, el negocio de la madera sólida en Uruguay ha sido objeto de inversiones industriales tanto de capitales nacionales como extranjeros. El nuevo aserradero de Cofusa–Urufor en Rivera es, en efecto, una de ellas, pero no la única.
El departamento también es el destino elegido por la empresa brasilera BrasPine para instalar su primera planta fuera de su país de origen. Actualmente, se encuentra en la etapa de tramitación de permisos para instalar un aserradero de pino. En el portal oficial de la empresa aparece el 2027 como fecha prevista para comenzar las operaciones.
Otros departamentos del Uruguay también forman parte de esta nueva ola de iniciativas en el rubro de la madera sólida. El año pasado, Agroempresa Forestal incursionó en el sector industrial al inaugurar una planta de debobinado de madera en Treinta y Tres. Con una inversión de siete millones de dólares, tiene capacidad de producción de 40.000 m3 de láminas de madera por año. Asimismo, la empresa Lumin avanza con la construcción de su tercera planta de contrachapado en Uruguay. Situada sobre la Ruta 8 al sur de la ciudad de Melo, la inversión es cercana a los 138 millones de dólares y comenzará a operar en 2026.












