• Jueves 18 de septiembre de 2025

Unir fuerzas para crecer

A siete años de su creación, el Consorcio Forestal I+D+i ha logrado entrelazar las raíces del conocimiento entre empresas, laboratorios e instituciones para generar un ecosistema de colaboración público-privado que fortalece a todo el sector forestal uruguayo.

Por Manuella Sampaio

Cuando la Sociedad de Productores Foresta les (SPF), el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) unieron fuerzas a finales de 2018, plantaron la semilla de lo que hoy es una robusta alianza: el Consorcio Forestal I+D+i. Este organismo nació con un objetivo claro: desarrollar y alinear proyectos de investigación e innovación para que potencien la productividad y competitividad de un sector que ya es el principal exportador del país.

A través del Consorcio, la SPF, el LATU y el INIA buscan “tener una conversación directa en cuanto a líneas de investigación, teniendo en cuenta la contribución que realiza el sector forestal a la economía del Uruguay. Según los últimos datos, ya para el 2024 hubo un aporte de alrededor del 6% del PIB del país, y dentro de los rubros agrícolas es el más importante en este momento”, sostiene el secretario técnico del Consorcio, Ing. Agr. Andrés Dalto.

En sus inicios, el organismo trabajó con algunas grandes líneas de investigación como, por ejemplo, mejoramiento genético, biodiversidad, productividad del suelo y uso de pesticidas. Con el tiempo, algunos de estos ámbitos de estudio se fusionaron con el objetivo de que “nos concentremos en algunas pocas líneas de investigación, pero que sean potentes”, explica Dalto.

EN LA MIRA

En lo relacionado a la investigación ambiental, actualmente el Consorcio planifica un estudio sobre el impacto de la forestación en los recursos hídricos. “Ya desde hace muchos años se han establecido lo que son ensayos experimentales para medir el impacto a nivel hídrico de una plantación forestal. Sin embargo, se venían haciendo en forma particular por parte de Montes del Plata, de UPM, de Forestal Atlántico Sur y del INIA. La idea, entonces, fue colaborar entre todos para que no realicen estudios cada uno por su lado, sino trabajar en conjunto, con datos comparables e intercambiables”, detalla el ingeniero agrónomo.

Por otro lado, la certificación también es un área de trabajo conjunto por parte de los actores del Consorcio. Este es un punto de sumo interés, ya que en Uruguay cerca del 90% de la superficie forestal comercial está cubierta por algún estándar de certificación. “Todos los años la superficie se va incrementando en cuanto a sus certificaciones, y uno de los requisitos bastante nuevos es que para usar pesticidas ‒y cualquier control de malezas‒ se necesita elaborar una evaluación de riesgo ambiental y social”, explica Dalto.

Para atender este estándar, desde el Consorcio se desarrolló un proyecto para realizar la evaluación ambiental. Luego, cada empresa que está asociada a ese acuerdo implementa ese proceso según su situación en particular. Dalto afirma que se ha obtenido una profundidad cien tífica muy significativa a través de esta iniciativa: “La idea no era cumplir con el requisito de forma superficial, sino abordarlo y aplicarlo integralmente, y eso requiere cierta actualización, porque cuando surgen estudios nuevos, de impacto a la salud o al ambiente, no es sencillo acceder a esa información”.

Ahora, en la siguiente etapa del proyecto, una figura del LATU colaborará con las empresas para recabar la información y actualizar la evolución del riesgo. Asimismo, se proyecta generar una herramienta de acceso fácil y amigable para que esa información quede disponible en la web y que sea “algo más de uso cotidiano en cualquier dispositivo; ese sería el objetivo”, añade Dalto.

MÁS SINERGIAS

Otro proyecto destacado del Consorcio está relacionado a una alianza con la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República; específicamente con el área de biodiversidad y medioambiente. En esta iniciativa se lleva a cabo la consolidación de más de 3.000 informes técnicos elaborados por distintas empresas del rubro.

“Los involucrados tuvieron que procesar más de 8.000 materiales con datos de biodiversidad, tanto de f lora como de fauna, de todas las empresas forestales que realizaban sus estudios en forma independiente y con sus técnicos. La idea fue tomar todos sus estudios, hacer un compendio de su información y sintetizarlos”, explica el ingeniero. La siguiente etapa, proyectada para este 2025, será desarrollar indicadores de biodiversidad asociados al impacto de la producción forestal.

“Tratamos de atender temas que sean transversales a todas las empresas forestales y colaborar con aquellas que no tienen un presupuesto para poder tener sus propios investigadores”. Ing. Agr. Andrés Dalto, Consorcio Forestal I+D+i

En el Consorcio Forestal I+D+i también existen otras iniciativas que empezaron junto con la creación de esta alianza y que hoy ya se encuentran en fase avanzada de desarrollo o finalización. Una de ellas es el mantenimiento y capacitación de ArcGIS, una herramienta de uso común en las empresas del rubro utilizada para gestionar el inventario forestal, así como para planificar la logística y la cosecha.

En el marco de ese proyecto, “tenemos determinadas horas por mes de consulta con Ingenieros Consultores Asociados (ICA), que es el representante de la marca en Uruguay”. Asimismo, ante “cualquier inconveniente con el uso, acudimos desde el Consorcio a ellos para que nos asesoren”. A eso también se le suman instancias de capacitación.

PARA TODOS

Como secretario general del Consorcio Forestal I+D+i, Dalto hace hincapié en que esta asociación ha permitido generar proyectos que beneficien a todos los actores involucrados y desarrollar líneas de investigación transversales a distintas empresas. Eso, explica él, beneficia al colectivo, pero sobre todo a las compañías de menor escala, ya que son las que enfrentan mayores dificultades al momento de asumir el costo de realizar algunas investigaciones.

En alianza con la Facultad de Ciencias de la Udelar, el Consorcio lleva a cabo la consolidación de más de 8.000 documentos con datos de biodiversidad recabados por empresas forestales que realizaban sus estudios en forma independiente.

“El sector, que a simple vista podría parecer homogéneo, tiene en realidad muchas escalas y su desarrollo se da de manera heterogénea. Hay empresas que ya tienen su equipo o su área de investigación y desarrollo, y otras empresas que son de menor porte y tienen que apelar a la información que pueden obtener del INIA”, aclara el ingeniero agrónomo. “Justamente lo que tratamos de hacer es atender temas que sean transversales a todas y colaborar con las empresas que no tienen ese presupuesto para poder tener sus propios investigadores”, anota.

DESAFÍOS A LA VISTA

A pesar del crecimiento sostenido del sector, la forestación en Uruguay aún enfrenta una serie de desafíos que requieren atención, tanto desde el ámbito público como privado, para garantizar su desarrollo equilibrado y a largo plazo.

“Quizás hoy en día la gran limitante sea la superficie. Es importante saber que el sector forestal es uno de los que ocupan menos superficie en el territorio y aportan más al PBI. Entonces, crecer en esa superficie de forma monitoreada y cuidada implicaría un desarrollo mayor y un aporte mayor a la economía del país”, señala Dalto. “A veces se pierde un poco en la discusión de si la forestación es buena o mala. La realidad es que ocupa mano de obra directa e indirecta de forma significativa y que, además, no se foresta en cualquier tipo de suelo; se foresta en suelos de prioridad forestal y que no sean de aptitud para otro rubro agrícola o ganadero. O sea, estamos hablando de una afectación reducida”, subraya sobre algunas de las reglamentaciones establecidas por la Ley Forestal de 1987.

Ya en lo que respecta al Consorcio, un desafío importante es seguir trabajando con la heterogeneidad de demandas de sus distintos actores. “A veces las propuestas para un tipo de empresas son buenas o importantes, pero para otras no. No es homogéneo el sector forestal. Hoy en día las empresas forestales han generado alianzas con rubros productores de otras áreas, sobre todo ganaderas; entonces, también tenés heterogeneidad desde este punto de vista. Tratar de amalgamar esos intereses es complejo y ahí está el desafío”.

En estos siete años, el Consorcio ha podido encontrar una riqueza en la diversidad de saberes que concentra. Con ese potencial para innovar viene probando que de la unión de fuerzas entre entes públicos y privados, muchos salen beneficiados, y es a eso que apunta a futuro.

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miércoles 18 de junio de 2025