Crecimiento, innovación y sostenibilidad
La sustentabilidad de la actividad forestal, el desarrollo industrial y el trabajo en seguridad y salud ocupacional son algunos de los aspectos que marcan el pasado, presente y futuro del sector.
Por Lucía Basso, presidenta de la Sociedad de Productores Forestales
El 2024 será un año histórico para la forestación; luego de menos de cuarenta años de la Ley Forestal, el sector está posicionado como el primer exportador del país, hito impensado algunos años atrás. Pero en este año se continúa con la concreción de varias inversiones que hablan de un sector maduro y diversificado donde, además de las importantes inversiones realizadas para la producción de celulosa, también siguen avanzan do las nuevas inversiones para la industria de la madera para aserrío y debobinado. Ejemplo de esto son la inauguración, en abril, de un nuevo aserradero en Rivera y una planta de debobinado en Treinta y Tres. También existen tres proyectos más en desarrollo para comenzar a operar en la zona norte del país, además de los ya inaugurados en estos dos últimos años.
El forestal es un sector que, si retrocedemos en el tiempo, a fines de los ochenta y principios de los noventa era algo nuevo para el país (salvo por la acción de algunos pioneros tanto en el sector público como privado). No era relevante en términos de empleo ni de exportaciones ni de PBI; tampoco en recaudación impositiva. Hoy, 35 años después, podemos decir todo lo contrario. Contamos con más de 30.000 personas trabajando en el sector ya sea de manera directa, indirecta o inducida. Estamos, en este mismo año, convirtiéndonos en el primer sector exportador del país, realizando un aporte de un 6% al PBI del Uruguay, y hemos cambiado la cultura de la forma de trabajo en el interior del país, generando empleos de calidad en toda la cadena desde la fase primaria productiva hasta la fase industrial, con altos niveles de salarios, capacitación y estándares de salud ocupacional y seguridad laboral. Asimismo, hemos sido un sector impulsor del trabajo femenino en el agro, trabajando en diferentes áreas como viveros, plantación, transporte, cosecha y en la fase industrial.
Destaco la planificación que tuvo el sector desde sus inicios, donde el orden de los factores fue perfecto para poder alcanzar el grado de desarrollo que tenemos hoy.
Todo esto desde una concepción de sostenibilidad: produciendo hoy pensando en el futuro, en el cuidado del ambiente, de las comunidades circundantes a las plantaciones, además del componente económico.
Y me gustaría resaltar algo que ya he mencionado en otras oportunidades. Creo que hay al menos dos gran des factores que posibilitaron que en tan poco tiempo podamos tener un grado tan importante de desarrollo. Por un lado, la generación y el sustento de una política de Estado, que tuvo sus primeros intentos en la década del sesenta, pero que luego, con la promulgación de la Ley 15.939 en 1987 se consolidó. Esta fue impulsada y votada por todos los partidos políticos, apoyada por todos los gobiernos que se sucedieron hasta la fecha y, sin duda, ha sido un respaldo fundamental para el desarrollo del sector.
El segundo gran factor clave fue y sigue siendo el empresariado; productores que confiaron en esta política y apostaron a algo nuevo, a trabajar con altos estándares de calidad y a invertir y buscar inversiones para desarrollar la actividad forestal.
Por tanto, destaco nuevamente esa planificación que tuvo el sector desde sus inicios, donde el orden de los factores fue perfecto para poder alcanzar el grado de desarrollo que tenemos hoy. Como mencionó el Ing. Bonino en una nota para el diario El País el 7 de abril, lo que se anuncia que se va a hacer se cumple. Y eso es un orgullo para el país.
Quisiera resaltar, además, algunos aspectos fundamentales que están relacionados a los beneficios que genera el sector para el país. Por un lado, vinculada a la sustentabilidad de la producción se encuentra la captación de carbono por parte de las plantaciones forestales. Las plantaciones son grandes sumideros de carbono, fundamentales para neutralizar las emisiones de CO2 . Este es un gran activo para el país que no termina en las plantaciones; este proceso de captura continúa en todo lo que son productos provenientes de la madera, como es el caso de las construcciones en madera y otros bienes. Hace muchos años que se habla de estos temas, pero parecían lejanos. Los mercados eran escasos, pero en los últimos años tomaron un impulso muy fuerte y el sector forestal cumple un rol muy importante en este aspecto, desde las plantaciones con la fijación de CO2 hasta la industria con la generación de energía eléctrica limpia. Esta última tiene un rol clave para la posibilidad de generar hidrógeno verde.
Hay una actitud proactiva por parte de las empresas forestales a interactuar en forma permanente con las poblaciones cercanas a sus plantaciones.
Otro aspecto que quiero resaltar es el relacionado a la seguridad laboral y salud ocupacional de nuestro sector, la calidad de los empleos y la profesionalización que existe a nivel de los contratistas. También somos ejemplo y pioneros en esta área, así como en el relacionamiento con las comunidades circundantes a las plantaciones. Hay una actitud proactiva por parte de las empresas forestales a interactuar en forma permanente con las poblaciones cercanas a sus plantaciones y, así, apoyar y colaborar en diferentes aspectos como son las escuelas, hospitales y un sinnúmero de actividades.
En lo referido a las exportaciones del sector, es necesario remarcar ‒como se observa en la infografía de la sección Economía de esta edición‒ que estas han estado siempre al alza desde hace más de treinta años. Los últimos 15 años las exportaciones se multiplicaron por ocho, según cifras del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres).
Otro dato relevante de acuerdo con el estudio de Ceres es que, en 1994, los bienes forestales exportados representaban el 0,1% del PBI. En 2022, en cambio, alcanzaron el 3,5%. Y para 2024 llegarán al 6%.
Quiero destacar otro hito para nuestro sector: en marzo de este año se realizó la primera exportación de chips de madera cumpliendo con la nueva normativa de la Unión Europea sobre productos libres de deforestación.
Para finalizar, agrego que todo esto pudo ser posible también por desarrollarse dentro de un marco regulatorio positivo y estable; es decir, con reglas claras que posibilitaron garantizar las inversiones y las condiciones de desarrollo del sector.
Se entiende que toda regulación debe ser actualizada en el tiempo, pero esta debe estar siempre basada en criterios técnicos, además de ser clara y posibilitar certidumbre para los inversores.