Logística con impulso forestal

Cargar y descargar madera durante las 24 horas del día, los 365 días del año en el medio del campo, una playa de acopio intermedia o en un puerto; coordinar la llegada en ritmo y surtir de materia prima en camiones, trenes, barcos o barcazas; repetir ese ciclo cuando la madera se procesa y se generan diferentes subproductos. Un engranaje clave en la cadena forestal que genera mucho más que trabajo para empresas y contratistas forestales. Es un motor del presente y el futuro de la industria nacional.
El impacto del gran desarrollo que esta industria tuvo en los últimos 25 años, observado específicamente en el sector logístico, es de amplio alcance. Se puede palpar en toda la cadena que recorren los productos desde su carga en monte, en playas intermedias y su arribo al destino final a través del transporte vial, ferroviario o en barcazas. Se hace imposible obviar los puestos de trabajo, el estímulo a las economías locales, la dinamización de pueblos y pequeñas ciudades que toda esta logística al servicio de la forestación ha producido.
Rosario Pou, directora de Rosario Pou y Asociados, dio a Forestal su opinión sobre el impacto de esta industria en la logística. Afirmó que se desarrolló «un sector logístico especial» en torno a la producción forestal y sus diferentes etapas, que incluyen: la carga y el transporte de maderas rollizas, maderas elaboradas, almacenamiento, procesamiento mecánico y químico, transporte de subproductos para utilización energética, almacenamiento y manejo portuario, transporte fluvial y marítimo.
Logifor SA es un ejemplo de ese sector logístico que se desarrolló con la industria forestal. Gonzalo Martinelli, director de la empresa, afirmó que el desafío cotidiano es «cargar madera en forma eficiente, segura y continua». Para lograrlo, «es indispensable planificar el trabajo al detalle y adelantarse a los inconvenientes que puedan surgir, porque cuando estás en el medio de un monte, si no tenés soluciones rápidas y a mano, tenés un problema». En sus siete frentes de carga distribuidos en el Litoral y en el Este del país, Logifor enfatiza que es clave conocer las comunidades en las que se está trabajando, aprovechar al máximo las capacidades locales y contratar los servicios inherentes a las tareas de carga en la zona.
Por su parte Gonzalo Rodríguez, director de Enfay SA junto a Juan Pablo Fabini, dijo que su grupo maneja cuatro acopios (en Canelones, Durazno, Algorta y Conchillas), y que en todos esos puntos las economías se ven beneficiadas y aumenta considerablemente la actividad de la región. Además afirmó que en el caso de la carga, el trabajo es constante dados «los volúmenes requeridos por las plantas de celulosa. Con las playas de acopio intermedio se logra trabajar un 30% más con la misma cantidad de camiones, ya que se usan para cargar y mantener el flujo de carga cuando llueve o cuando por cualquier otro motivo falla la carga en los montes», comentó al explicar cómo trabaja su empresa en la etapa de carga de materia prima.
«Siempre las zonas donde hay actividades en torno a la forestación se ven beneficiadas por un aumento real en sus economías, el movimiento y consumo en general tiene un gran aumento», aseguró Rodríguez y agregó que en general «al poco tiempo es difícil conseguir operarios» dada la alta demanda existente.
Martinelli coincidió en que encontrar personal calificado en zonas rurales y en el contexto de crecimiento actual «es todo un desafío. La clave es buscar personas con habilidades, ganas de trabajar, y capacitarlas. Eso implica invertir para que el trabajador se especialice y suba a la máquina solo cuando esté realmente preparado. Pero es una elección que nos ha dado buenos resultados. Es trabajo de calidad, con remuneraciones interesantes en pueblos o ciudades muy pequeñas. Eso es bueno para el trabajador, para su familia, para la empresa y también para el país. Hay otros eslabones mucho menos visibles que están totalmente ligados a la cadena forestal; los torneros, los mecánicos, las cantinas, los almacenes de ramos generales, las estaciones de servicio y una cantidad de oficios, profesiones y actividades que se desarrollan mucho y muy bien en lugares escondidos del país de la mano de la forestación».
REDES VIALES Y FERROVIARIAS
Una vez que se carga la madera llega el momento de transportarla ya sea por caminos rurales, rutas nacionales, vía ferrocarril o transporte fluvial.
Los economistas Horacio Bafico y Gustavo Michelin, en su estudio «Después de 20 años de esfuerzo ¿dónde está el sector forestal uruguayo y cuáles son sus problemas?» plantean la realidad de la red vial y la necesidad de inversiones tanto en este sector como en el del ferrocarril.
La red vial nacional cuenta con 8.780 kilómetros, y la departamental con 49.788 kilómetros. Se trata de una cobertura suficiente, pero con dificultades en su calidad y en las inversiones en mantenimiento. «El estado de la red nacional es malo y en deterioro», dice el estudio. Agrega que luego que pasa el momento óptimo de mantenimiento, el deterioro comienza a ser exponencial y la necesidad de recursos para mejorar la situación es cada vez mayor.
En lo que tiene que ver con el ferrocarril, el informe de Bafico y Michelin señala que «lamentablemente» la producción forestal está lista pero «no se ha avanzado lo suficiente» en lo relacionado con este medio de transporte, que es muy importante para la producción primaria.
Según un informe de Inalog y Uruguay XXI (Servicios logísticos, agosto de 2013), actualmente se encuentra sin utilizar el 50% de las vías férreas, y afirman que «se pretende incluir [su desarrollo] como una de las prioridades en pos de la disminución de los costos del transporte de mercaderías». Destaca que dentro de los proyectos en curso se encuentra la rehabilitación de 141 kilómetros de vías férreas entre Algorta y Fray Bentos (con una inversión estimada de US$ 120 millones), y de 456 kilómetros entre Montevideo y Río Branco, que sume US$ 300 millones de inversión.
Hay por tanto, en este sector, oportunidades de mejora para optimizar el transporte de materia prima.
UNA ALTERNATIVA EFICIENTE
Mientras tanto, el transporte fluvial en el rubro forestal ha tomado claro impulso en los últimos años como una modalidad eficiente para la cadena de producción. Desde el comienzo de la actividad exportadora forestal, a fines de la década de los 80, se hizo necesaria la implementación de servicios logísticos nuevos y específicos para el sector. Nacieron y se desarrollaron empresas y profesionales especializados en esos rubros. Luego, cuando apareció en el mapa forestal Botnia (ahora UPM), la logística nacional enfrentó nuevos desafíos. Más crecimiento, más especialización y capacitación de personal. Un ejemplo claro es la creación de Ontur, una terminal portuaria multipropósito privada en Nueva Palmira bajo régimen de zona franca, que dispone de dos sitios de atraque para buques y tres para barcazas y con el mayor depósito cerrado del Uruguay (30.000 m2). En el mismo contexto nació Rioestiba, el operador portuario que manipula las cargas en la propia planta y en el puerto.
El principal flujo de la terminal portuaria está dado por 1,2 millones de toneladas de pasta de celulosa de la planta de UPM en Fray Bentos, que envía toda su producción en barcazas fluviales a Ontur para su acopio y posterior reembarco en buques oceánicos con destino a ultramar, informó Roberto Mérola, director de Schandy (empresa accionista de Ontur).
«Es trabajo de calidad, con remuneraciones interesantes en pueblos o ciudades muy pequeñas. Eso es bueno para el trabajador, para su familia, para la empresa y también para el país.» Gonzalo Martinelli, Logifor.
La futura apertura de la planta de celulosa de Montes del Plata, que estima una producción de 1,3 millones de toneladas de pasta de celulosa al año, implica un nuevo salto y desafío para la logística forestal.
BARCAZAS MADE IN URUGUAY
El sistema de transporte de madera hasta Punta Pereira tendrá como una de sus fortalezas la eficiencia del transporte fluvial a través de cuatro nuevas barcazas y dos remolcadores. Se trata de tres barcazas construidas en Montevideo y una en Paraguay.
Nils Stolzenbach, gerente general de Urutug y Transfluvial –firmas que tienen a su cargo el transporte fluvial y marítimo y el servicio de remolque– informó que la capacidad de estas barcazas es de 5.000 toneladas, por lo que movilizarán el 50% de la madera que requiere la planta de Montes de Plata anualmente.
Las cuatro embarcaciones son naves de 90 metros de eslora, 16,6 metros de manga y 4,7 metros de calado, pesan 970 toneladas cada una y se construyeron en acero soldado.
Para que estas barcazas se muevan, son necesarios los empujadores. Stolzenbach dijo que tienen dos: el Punta Pereira y el Punta Diamante, construidos en un astillero chileno con experiencia en construcción de remolcadores.
«Ambos están en TLM (Terminal Logística de M’Bopicuá, en el departamento de Río Negro) y bajo bandera uruguaya», al igual que las tres barcazas que ya están prontas: Playa de Conchillas, Playa de La Agraciada y Playa Concordia.
Se prevé mover 2 millones de toneladas de madera al año, que viajará desde TLM hasta Punta Pereira. «Para mover esta cantidad de madera por año se precisan 500 viajes en barcazas», afirmó Stolzenbach . «Con esto se están sacando 100.000 camiones de las rutas nacionales, por lo que se reducen sustancialmente las posibilidades de accidentes de tránsito», agregó.
También hay ventajas medioambientales por la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero a menos de la mitad. El consumo de combustible en relación a la carga transportada también se optimiza.
Carga, acopio, transporte, aprovechamiento de redes viales y fluviales, construcción de barcazas; son solamente una muestra de cómo en estos últimos años se ha trabajado en la mejora de la productividad de la industria a través de una logística forestal cada vez más profesional, laboralmente estable, arraigada, cada vez con más fuentes de trabajo y de esperanza.
BUENA UNIÓN. La estación de Ancap Buena Unión, ubicada en el kilómetro 458 de Ruta 5, no existía antes del fuerte impulso que tomó la industria forestal en los últimos años en el norte del país. El establecimiento nació a partir de la inquietud de un grupo de ingenieros agrónomos que vislumbró la posibilidad que se avecinaba y se preparó para la oportunidad. «La estación nace de un proyecto que consistió en calcular el consumo de combustible potencial, y su existencia se explica exclusivamente por el desarrollo forestal», explicó el Ing. Agr. Fernando Gancio, propietario de la estación. Se utilizaron datos de plantación tomados de censos agropecuarios. La empresa forestal Weyerhaeuser aún no había instalado su planta industrial, y se estimaron cálculos sobre posible consumo de combustible para el traslado de madera hacia las futuras plantas industriales y por las mismas actividades de cosecha y replantación. Eso fue hace 10 años. «En 2003, a partir de ese proyecto, convencimos a Ancap de la necesidad de contar con una estación allí, y ganamos la licitación», explicó Gancio. Los principales clientes de la estación Buena Unión son los cosechadores de árboles (50% del volumen), mientras que los transportistas llevan un 30%. También son proveedores de combustible para el transporte de madera a diferentes destinos y cuentan con servicio de pesaje que fue utilizado por 2.000 camiones en el mes de octubre. Gancio informó que el volumen que expende la estación está muy por encima de la media nacional, que hoy está en unos 150.000 litros mensuales. Además, 20 uruguayos tienen trabajo en la estación de Buena Unión, que nació y sigue creciendo gracias al aumento de la actividad forestal en los departamentos de Rivera y Tacuarembó.
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