Investigar para decidir
Por Atilio Ligrone, gte. gral. de la SPF
La Asamblea General de la ONU declaró 2015 como el Año Internacional de los Suelos. La finalidad principal que se persigue con ello es concientizar a la sociedad civil y a los responsables de la toma de decisiones sobre la importancia del suelo para la vida humana; y en particular sobre el papel crucial que desempeña el suelo en la seguridad alimentaria, la adaptación y la mitigación del cambio climático, los servicios ecosistémicos esenciales, la atenuación de la pobreza y el desarrollo sostenible.
Desde diversos ámbitos de nuestro país (públicos, académicos, privados) se está apoyando dicha iniciativa y promoviendo acciones informativas y educativas para ello.
Para el sector forestal, la conservación del suelo y del agua ha sido siempre motivo de preocupación. El Manejo Forestal Sostenible, definido como modelo de desarrollo por todos los actores que participan del sector en nuestro país, no es concebible sin considerar dichos aspectos.
Desde mediados de la década de 1990, tanto desde el ámbito público como desde el privado comienzan a desarrollarse una serie de trabajos conducentes a monitorear el ciclo del agua y de los nutrientes en plantaciones forestales y su comparativo con pasturas bajo el modelo de microcuencas apareadas. Asimismo, se evalúa la cantidad y calidad del agua, los cambios en las propiedades físicas y químicas del suelo y el grado de erosión en cada sistema.
Estas investigaciones llevadas adelante por la Universidad de la República a través de las facultades de Agronomía e Ingeniería se vienen realizando ininterrumpidamente desde dicha fecha y hasta el día de hoy con un gran esfuerzo de dedicación de personal altamente calificado, y de recursos económicos para las infraestructuras, los equipamientos y los insumos necesarios para la implementación y ejecución de los trabajos.
La finalidad de estos estudios es disponer, a través del monitoreo continuo y permanente en una red de ensayos, de información nacional científicamente probada sobre el comportamiento de las principales variables del sistema, como base para la toma de decisiones en la gestión forestal tanto a nivel de las empresas, como para la implementación de políticas por parte del sector gubernamental.
Al momento actual, el país dispone de vasta información y resultados concretos que han dado respuesta a muchas de las incertidumbres y dudas que se planteaban en el pasado. Sin embargo, todavía se escuchan comentarios negativos sobre los efectos de las plantaciones forestales en el suelo y en el agua que no se condicen con los resultados de dicha investigación. Esta situación preocupa cuando surge del público en general, pero más aún cuando parte de instituciones nacionales o departamentales con responsabilidad en el tema.
La toma de decisiones sobre una base de información errónea o insuficiente puede conducir a la implementación de medidas que conlleven mayores tramitaciones burocráticas o gastos innecesarios que desestimulen la inversión e incrementen la incertidumbre sobre las bondades de un sector de actividad.
La claridad y la estabilidad de las reglas de juego han sido uno de los factores clave para alcanzar el desarrollo actual del sector forestal y para la continuidad de su crecimiento. No parece lógico que por un lado se declare una actividad de interés nacional y se la considere prioritaria por su contribución a la economía y desarrollo del país, y por otra parte se la ponga bajo un manto de duda permanente, más aún cuando ha dado y da demostradas pruebas de que dicha contribución económica va acompañada además por la mayor atención a los temas sociales y ambientales con los que se relaciona.
La actividad forestal es la más regulada entre las que componen el sector agropecuario y cumple fielmente con toda la normativa nacional y con los más altos estándares de exigencia en materia social y ambiental que imponen los sistemas de certificación internacional a los que se ha autosometido.
Por todo ello, desde el ámbito forestal adherimos a la celebración del Año Internacional de los Suelos y compartimos plenamente la necesidad de hacer los mayores esfuerzos para concientizar a la sociedad civil y a los responsables de la toma de decisiones, promoviendo la generación de información científica y difundiendo sus resultados, para que constituyan la base sólida sobre la que se justifiquen las tomas de decisiones para un verdadero desarrollo sostenible.
(Editorial publicado en Revista Forestal #12)
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