Lo que el fuego nos dejó

Por Nelson Ledesma, presidente de SPF
El fin de 2021 e inicio de 2022 estuvo signado por el incendio más grande en la historia del país, que marca un antes y un después para el sector forestal, por lo que esta edición de nuestra revista debía dedicarse a esos fuegos. Era necesario que estas páginas, que generalmente se ocupan de los desafíos, avances y logros de los forestales y su industria, pusieran foco en estos eventos que afectaron tanto y de forma tan diversa a muchos vecinos, a productores, contratistas, instituciones públicas y privadas.
El equipo de Forestal abordó el tema desde diferentes aristas, con información de calidad sobre el contexto, las acciones, los logros, el impacto y las lecciones aprendidas en estos episodios. También entrevistó a activos combatientes del fuego vinculados a diferentes eslabones de la cadena forestal que, con mucha generosidad, brindaron su testimonio sobre lo que vivieron esos días, la complejidad del evento que nos afectó, qué se hizo bien y, sobre todo, en qué debemos mejorar. Además, conversamos con un experto en cambio climático, quien nos explicó el efecto de este fenómeno y cómo incide en las posibilidades de que este tipo de incendios ocurran en el futuro.
Esta revista también incluye las acciones que se están llevando adelante para mitigar el impacto de lo que pasó, prevenir y estar mejor preparados para el futuro. Por otra parte, se presentan impresiones y comentarios de voluntarios que combatieron el fuego con dedicación y entrega. Además, se elaboró una infografía que muestra con claridad el impacto de estos fuegos tan destructivos y extraordinarios en la forestación y otras producciones asociadas.
Esperamos que esta edición permita reflejar lo que se vivió en esos días duros, que nos pusieron a prueba en muchos sentidos y que fueron una muestra admirable de entrega de las comunidades en el más amplio sentido del término.
Si bien la planificación y acción del sector forestal durante los pasados treinta años había permitido evitar grandes incendios, es claro que debemos revisar nuestros programas y acciones para afrontar incendios de características tan particulares y extremas como las que se verificaron durante los eventos que nos ocupan (condiciones ambientales totalmente adversas, temperaturas muy altas, muy baja humedad relativa y vientos fuertes), y que hay mucho para corregir y aprender.
La planificación y acción del sector forestal durante los pasados 30 años había permitido evitar grandes incendios, pero para poder afrontar fuegos de características tan particulares y en condiciones extraordinarias como los que nos tocó enfrentar, debemos revisar nuestros programas y acciones.
Resta aún encarar el capítulo referente a los resultados de las pericias técnicas llevadas adelante por la Dirección Nacional de Bomberos (DNB), que muestran un accionar intencional en el origen de algunos de los focos. Estamos aguardando la actuación de fiscalía y en función de su resultado, seguramente debamos abordar este tema con las autoridades competentes.
En el sector forestal no se ha dejado de trabajar, desde que ocurrieron los incendios, en al menos cuatro líneas de acción. Por un lado, en los primeros días de febrero se conformó, junto con las autoridades locales, nacionales, organizaciones de la sociedad civil y productores, un grupo de trabajo que se reúne con una frecuencia quincenal en Piedras Coloradas. El objetivo es actuar en el territorio de forma coordinada con la comunidad e institucionalidad de las zonas afectadas.
También se está llevando adelante el acuerdo firmado por la SPF con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y el Ministerio de Ambiente a fin de solicitar a las empresas socias que tomen acciones adicionales en relación a la distancia entre las plantaciones forestales y los centros poblados. Este acuerdo consta de tres etapas; la primera ya está terminada y se está trabajando en la segunda y tercera.
Mejorar el sistema actual de detección y combate del fuego de las empresas forestales es otra de las líneas de acción mencionadas. Para esto se está realizando una evaluación de lo hecho y por medio de una auditoría y otros mecanismos se están elaborando mejoras al sistema, ajustándolo a las nuevas situaciones que nos presentaron los incendios de inicio de año.
Por último, las empresas forestales, por medio del fideicomiso “Forestales en Acción” han llevado adelante acciones a fin de colaborar con los apicultores con colmenas en las zonas quemadas.
Antes de terminar debemos reconocer que, a pesar de la magnitud de los incendios, gracias a los esfuerzos aunados de todos los involucrados no hubo pérdidas humanas, se logró proteger los centros poblados y, una vez que se apagó el fuego, se siguió y se sigue trabajando con fuerza para estar cada vez más preparados para prevenir y combatir incendios forestales. Para lograrlo es necesario contar con el compromiso de todos.