Construcción en madera: retos y oportunidades en Uruguay

Es uno de los elementos constructivos más antiguos para la humanidad y, sin embargo, su impulso en el país marcaría toda una novedad. Desde el Ministerio de Vivienda se organizan estrategias para darle un empujón a la construcción en madera en Uruguay. Repasamos cuáles son sus ventajas, en qué condiciones se encuentra la industria para cumplir con la demanda y qué desafíos representa esta idea.
En abril, durante una entrevista con El País, Irene Moreira, ministra de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MVOT), confesó que parte de la estrategia de esa cartera era combatir la carencia de vivienda en el país utilizando la madera como material. La jerarca habló con Forestal y expuso su punto de vista y el del ministerio respecto a esta temática.
Moreira dijo a Forestal que el déficit que tiene el país en viviendas es de entre 60.000 y 70.000, y que no se ata a ningún plan determinado para paliarlo. “Cuando asumí, mi ministerio se llamaba de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente. Con la construcción de casas en madera estaba abarcando dos de esos caminos: uno era construir y fomentar la vivienda, y otro era ser amigable con el medioambiente. Sabemos que un metro cúbico de madera, que es equivalente a un metro cúbico de hormigón, implica una tonelada de CO² que podemos capturar de la atmósfera. Pero, a su vez, cumple una tercera función porque tenemos un país que tiene hectáreas y hectáreas de plantaciones de pino y eucalipto, y prácticamente estamos enviando los rolos al extranjero sin ningún valor agregado”, comentó.
La ministra mencionó que recientemente estuvo en Tacuarembó, donde pasó por plantas de procesamiento de madera y le dijeron que el 95% de lo que producían se iba al extranjero. “Si logramos dar un valor agregado a esa madera, estamos dando también mano de obra a Uruguay, que tanto hace falta y sobre todo en el interior del país. La construcción de las casas de madera estaría cumpliendo estos tres caminos: vivienda, amigable con el medioambiente y fuente de trabajo”, agregó.
La madera ha sido un material poco utilizado en Uruguay desde lo constructivo, en un país que venera el hormigón y los ladrillos. Los motivos para esta segregación de uno de los materiales más antiguos con los que la humanidad contó para tener un refugio son diversos, desde falta de costumbre, carencias en la formación de arquitectos o ingenieros, hasta situaciones normativas que enlentecen los procesos. La ministra utilizó una peculiar forma de ilustrar cómo se ve en Uruguay a las construcciones con este material. “Siempre lo digo, medio en broma y medio en serio, que nos inculcaron desde niños el cuento de Los Tres Chanchitos. El uruguayo es muy del ladrillo y el hormigón, pero la posibilidad de la creación de casas de madera no es en desmedro de la calidad, puede ser igual o mejor que cualquier casa de construcción tradicional”, señaló.
“La construcción de las casas de madera estaría cumpliendo con tres caminos: vivienda, amigable con el medioambiente y fuente de trabajo”. Irene Moreira, ministra de Vivienda y Ordenamiento Territorial
Otro capítulo en el impulso a la construcción con este material por parte del gobierno es la reducción del precio por metro cuadrado para la vivienda social. Moreira dijo: “Si supera los precios que hay hoy, para mí no es una vivienda social; por eso estamos hablando, en lo posible, de hasta 1.000 dólares por metro cuadrado”, y añadió que hacia allí apuntan para poder levantar más edificaciones y brindar más soluciones habitacionales a los uruguayos.
¿QUÉ OBSTÁCULOS HAY QUE SUPERAR?
Desde diversos sectores se suele señalar al Documento de Aptitud Técnica (DAT) como uno de los elementos que enlentece los procesos para sacar adelante un proyecto de construcción en madera. El DAT es, según el sitio del MVOT, “un sistema de otorgamiento de aptitud técnica que permite generar instrumentos de evaluación, técnicos y administrativos para aquellos sistemas constructivos no tradicionales”.
La ministra Moreira reconoció que están buscando aggiornar este requisito legal para que pueda ser aplicado a la construcción en madera. Comparó esa situación con lo que le pasa a un arquitecto que estudió en el exterior y quiere revalidar sus materias para ejercer la carrera en Uruguay. “¿Por qué un producto que está respaldado por los laboratorios de su país viene para acá y no podemos hacer una ‘reválida’ pidiéndole alguna cosa puntual nuestra?”, planteó. A su vez, dijo que se niega a que se sigan dando situaciones como que haya algún DAT demorando proyectos por un año y medio o dos, e indicó que hay algún caso que ha cumplido ocho años dentro del ministerio.

Moreira señaló que el gobierno se encuentra trabajando para el Plan Quinquenal y que una vez que estuviera listo, podrían ver exactamente dónde están parados para presentar algún tipo de iniciativa concreta respecto al impulso a la construcción en madera. De todas formas, adelantó que han mantenido varias reuniones con actores interesados en el tema (sector privado, gobierno y academia) y que se firmará un convenio que facilitará el estudio del DAT y buscará regularizar las mencionadas demoras. “Se está trabajando en ello, quizás no en el ritmo que yo quisiera porque soy muy ansiosa y quiero que todo salga rápido, pero se están dando pasos seguros”, comentó.
¿ESTÁ LA INDUSTRIA PREPARADA PARA EL CAMBIO?
Más allá de los planes del gobierno, es necesario entender cómo está parada la industria de la construcción en madera para un posible impulso importante en la actividad. Daniela d’Alto, gerente comercial de la empresa forestal Lumin, habló con Forestal y mencionó que el país cuenta con una producción suficiente para abastecer la demanda que requeriría este impulso. “En este momento hay más de 160.000 hectáreas de pino plantadas. Eso son, aproximadamente, 59 millones de metros cúbicos de madera. Por más que exportemos madera en pie, se procese y se hagan paneles, sigue habiendo en Uruguay una masa de madera sumamente interesante como para empezar a pensar en darle un uso distinto”, señaló.
D’Alto añadió que existen muchos diseños y métodos diferentes para la construcción en madera, aunque en Uruguay no son tantas las empresas que los fabrican. A modo de ejemplo, indicó que Lumin es la única que actualmente se dedica a fabricar paneles contrachapados, pero que en el norte del país se está haciendo un excelente trabajo con vigas de eucalipto, entre otras cosas. Lo relevante es que todos estos elementos nacionales se exportan al exterior –Estados Unidos, México, Europa y Asia– justamente para construcciones en madera, y cumplen con las normativas de cada destino.
Moreira dijo que buscarán que el precio del metro cuadrado de las viviendas sociales en madera no supere los 1.000 dólares
La gerente comercial comparó la situación uruguaya con la de Chile, un país de la región que tiene una historia con la madera aplicada a lo constructivo bastante anterior a la nuestra y que cuenta con una normativa técnica de caracterización de ese material, proceso que en Uruguay está siendo trabajado por organismos como el LATU. D’Alto indicó que, en 2018, por primera vez, el Instituto Uruguayo de Normas Técnicas (UNIT) estableció una clasificación visual para la madera aserrada de uso estructural.
“En Uruguay no teníamos información sobre caracterización de madera, ibas a comprar algo y no sabías si cumplía con lo que necesitabas. Ahora, por lo menos, tenemos una clasificación visual de la madera para pino y eucalipto. También, hay un método para la determinación de las dimensiones y las tolerancias. Lo que pasaba era que como no conocías las características de la madera local, construías con madera del exterior, que sí estaba caracterizada y de la que sabías cómo la tenías que usar, qué resistencia tenía y demás. Es un paso no menor para el que quiere construir en madera”, comentó.
MUCHOS PROS Y ¿ALGUNA CONTRA?
Puesta frente a frente con otros materiales, la madera presenta características que demuestran que es una opción más que válida para todo tipo de construcciones. En primer lugar, está el hecho mencionado de la disponibilidad del producto maderero, y que se trate de un recurso sustentable y que cuida el medioambiente.
D’Alto señaló que, si se considera la relación de la resistencia de la madera y su masa, sus propiedades mecánicas son superiores a las de otros materiales utilizados en la construcción tradicional.
A su vez, destacó las propiedades de aislación térmica que posee: “Tiende a mantener una temperatura más controlada. Si afuera hace frío, adentro está más templado, y si hace calor, adentro está más fresco, porque tiende más a aislar. Esto contribuye tremendamente al ahorro energético. Si quieres enfriar o calefaccionar el interior de una casa, es muchísimo más barato hacerlo en una construcción en madera que en una tradicional”.
También apuntó al hecho de que se trata de un recurso sustentable, que tiene un buen comportamiento ante el fuego y que, en ocasiones, es mejor que materiales más tradicionales en cuanto al aislamiento acústico.
Respecto al mantenimiento requerido, d’Alto comentó que “no necesariamente tiene que ser mayor que el de una casa de ladrillo a la que hay que pintar, revocar y mantener”.
“Desde 2018 tenemos una clasificación visual de la madera para pino y eucalipto. Es un paso no menor para el que quiere construir en madera”. Daniela d’Alto, gerente comercial de Lumin
Uruguay parece ser un destino ideal en cuanto a su climatología y condiciones geográficas, que lo hacen casi carente de desastres naturales. No obstante, d’Alto mencionó que vivimos en un país relativamente húmedo, y que la combinación de la humedad con la madera se visibiliza como conflictiva. Sin embargo, la gerenta de Lumin dijo que “con un buen diseño, analizando el terreno donde vas a construir, aislando la madera de la humedad del suelo, eso se puede solucionar, hay formas de cuidar la madera”.
Pero si las ventajas son tantas, ¿por qué la población no está tan al tanto de ellas? D’Alto señaló que desde la industria hacía un mea culpa porque, quizás, no han sido lo suficientemente eficaces en transmitir las bondades de la madera, así como en tratar de trabajar en conjunto con quien construye y quien se forma para mostrar al común de la gente cómo hay que utilizar este material. “Lo estamos trabajando desde hace un tiempo y, de a poco, va calando. Ya tenemos algunas cosas, como algún departamento o cátedra que, al menos, forme profesionales, porque si no tenemos gente capacitada en construcción de madera, no vamos a llegar a nada”, añadió.
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